No se explica como ese buen filme que recordaba al célebre Espartaco, haya degenerado en un bodrio como Gladiador 2.
La gratuita secuela perpetrada por David Scarpa, Peter Craig y David Franzoni muestra a Lucius (un opaco Paul Mescal) como el hijo de Maximus, que termina en el mismo coliseo que su padre, por mediación del intrigante Macrinus (Denzell Washington, sobreactuado), frente a los emperadores Geta y Caracalla (Joseph Quinn y Fred Hechinger) a años luz de Joaquin Phoenix.
Se ha tratado de darle espectacularidad al asunto incluyendo rinocerontes, y hasta tiburones en el Coliseo, rayando en el ridículo.
En el reparto se recupera a Connie Nielsen y se incorpora a Pedro Pascal, el héroe de Last of us y Mandalorian, pero lo cierto es que todos están por debajo de las expectativas.
Gladiator 2 resulta pues una decepción mayúscula que solamente sirve para demostrar que nunca segundas partes fueron mejores.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.