Deja perplejo el atrevimiento de la hidalguense Xóchitl Gálvez que ha reaparecido con la intención de formar un nuevo partido político; quizá porque no cuenta con un espacio en la partidocracia mexicana o bien porque su rechazo al PRI y al PAN es el relato de una historia fallida.
Sólo un inconsciente e ingenuo político desde el PRI y el PAN pudo catapultar a Xóchitl Gálvez como candidata de una alianza política que fue decapitada con la noticia de que la hidalguense habría de ser la abanderada a la contienda presidencial del 2 de junio. Él o los que hicieron la evaluación para impulsar la candidatura de Gálvez, no sólo eran carentes de todo conocimiento del escenario sociológico y político de la trayectoria de la oriunda de Tepatepec, Hidalgo, sino también de la personalidad que la caracteriza y de su precaria cultura política.
El desastre político en la contienda electoral del 2 de junio inició el primer día de proselitismo político donde en una “misa negra” Xóchitl Gálvez iniciaba su camino en la contienda con el encendido de veladoras, tratando de hacer pasar que México se encontraba de luto por el ascenso de la izquierda obradorista y se prendían velas por el lúgubre panorama de la nación. Empero, la “misa negra” resultó su epitafio y la lápida la escribió en sus tres intervenciones en los trágicos debates políticos en los que se presentó en pleno desparpajo e irreverencia pública.
Todos conocemos el fúnebre desenlace de la contienda electoral del 2 de junio, donde Xóchitl Gálvez cayó y calló frente a una estrepitosa derrota, la cual terminó la alianza PRIAN+PRD, y de la que puede parafrasearse al estilo del Quijote “en algún lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme”.
Los errores garrafales de Xóchitl Gálvez durante la contienda electoral a la presidencia fueron de tal magnitud, que no sólo quedó como ignorante en temas de política, sino como beligerante y fuera de lugar desde un léxico grotesco y grosero que no modificó a lo largo del proceso político. Por citar un ejemplo, se refirió a la declaración de Claudia Sheinbaum sobre que no poseía una vivienda propia como “si a los 60 años no tienes una vivienda, pues que güey eres”, cuestión que pasó a ofender a millones de mexicanos porque más del 90% de la población no tiene vivienda propia en el país.
La controvertida personalidad de Xóchitl Gálvez alecciona que en la política mexicana “ni son todos los que están, ni están todos los que son” y, para colmo de males, desde su impericia política se unió al clan Alito, Markito y Chuchito que a título de los tres chiflados hicieron todo lo posible para que la alianza del PRIAN+PRD perdiera la elección con meses de antelación a la votación del 2 de junio.
Las consecuencias de la derrota del 2 de junio para los partidos de la vieja guardia fue: la debacle de su capital político; su decrecimiento en la representatividad geopolítica de la nación; el destierro de su presencia en el control de los poderes públicos; el éxodo masivo de sus cuadros de militancia a Morena; el descrédito frente a sus élites económicas y políticas; la inoperancia de sus partidos posterior a la derrota para asumirse como oposición política; y la pérdida en prospectiva de recuperar el Poder Ejecutivo en al menos dos administraciones consecutivas de Morena, es decir, hasta el 2036.
Será interesante presenciar esta iniciativa de Xóchitl Gálvez de querer fundar un partido político todito de ella. Lo que sobresale como cuestionamiento a esta osadía y odisea política es ¿existirá un contingente político miope suficiente para acompañarla y lograr su propósito?, lamentablemente, la respuesta es ¡sí!
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.