En Hidalgo, el manejo de residuos sólidos ha alcanzado un punto crítico. Con 33 tiraderos a cielo abierto y 17 rellenos sanitarios municipales y regionales, el estado enfrenta desafíos para alinear su gestión de desechos con principios de sostenibilidad y economía circular. El caso del relleno sanitario de El Huixmí, en Pachuca, evidencia la tensión entre la planificación ambiental, las necesidades operativas y los marcos legales.
En entrevista para Effetá, Mónica Mixtega Trejo, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo, explicó que el vertedero opera en condiciones complejas debido a restricciones legales relacionadas con su ubicación en la Unidad de Gestión Ambiental (UGA) 52, definida en el ordenamiento ecológico territorial del estado.
Aunque la UGA 52 permite infraestructura para rellenos sanitarios, las áreas circundantes son de conservación, lo que impide ampliaciones significativas sin un cambio de uso de suelo que aún no se ha concretado.
Un futuro incierto para El Huixmí
Actualmente, El Huixmí cuenta con siete celdas, de las cuales solo la séptima está operativa. Esta celda, diseñada para cinco años, agotó su capacidad en apenas dos debido a la falta de una planta de separación de residuos que habría extendido su vida útil.
“Cuando llegamos en 2022, la celda 6 ya estaba suspendida. La autorización para la celda 7 se otorgó bajo condiciones que no se cumplieron plenamente, y ahora quedan espacios muy limitados dentro de la UGA 52”, señaló Mixtega Trejo.
Las autoridades estatales proponen rediseñar proyectos para ajustarse a la UGA 52 y gestionar un cambio de uso de suelo. Sin embargo, la falta de acuerdos entre ejidatarios, empresas operadoras y gobiernos locales ha retrasado estas alternativas.
Mientras tanto, los residuos siguen acumulándose, y las soluciones provisionales ofrecen apenas seis meses de capacidad adicional en caso de implementar nuevas celdas pequeñas.
Economía circular y participación ciudadana
Más allá de El Huixmí, Mixtega Trejo subrayó que el manejo integral de residuos sólidos urbanos es una tarea que involucra a toda la ciudadanía. La separación de basura desde casa, la implementación de “rutas verdes” que respeten esta separación, y el uso de residuos orgánicos para composta son algunas de las medidas que se están promoviendo.
Asimismo, los municipios están realizando estudios para caracterizar sus desechos y adaptar estrategias a sus necesidades específicas.
“Cada región genera diferentes tipos de residuos, por lo que es crucial diseñar planes adaptados y fomentar rellenos sanitarios regionales con plantas de separación que permitan implementar la economía circular”, destacó.
El desafío de los tiraderos a cielo abierto
Paralelamente, el estado trabaja en la clausura y saneamiento de 33 tiraderos a cielo abierto que aún operan sin regulación. Aunque se han solicitado recursos a los municipios, los avances han sido lentos.
“Estamos trabajando para que todos los municipios se integren a un sistema más eficiente y sostenible. La responsabilidad no es solo del gobierno; necesitamos el compromiso de la ciudadanía y la colaboración de todos los sectores”, concluyó la secretaria.
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