Nueva Alianza: financiamiento público y élites partidistas

Nueva Alianza, que probablemente impugnará el presupuesto/tajada que obtendrán los otros tres partidos locales, es la punta del iceberg de cuestionamientos de forma y fondo por la asimetría del financiamiento público, que obedece a la estructura e ingeniería electoral que se construyó en el antiguo régimen.

Los partidos políticos del antiguo régimen atraviesan por una grave crisis de representatividad y confianza de la ciudadanía, experimentando un franco deterioro político y una seria amenaza para la democracia.

El PRD vive un momento de castigo político donde la ciudadanía y la alianza fallida que construyó con el PRIAN, pavimentaron su extinción nacional, relegándolo a una lucha del inframundo político que, por poco, lo desterró del mapa del sistema de partidos en México.

A nivel local, el PRD Hidalgo ha conservado su registro en una circunstancia de rendimientos políticos decrecientes, porque se mantiene con pinzas en el aval electoral del 3% de los sufragios alcanzados en la última elección. Las horas de dramatismo que vivió el PRD ante su desmoronamiento nacional contrastan en Hidalgo con el esplendor del financiamiento público que, para 2025, le podrá otorgar por gasto ordinario más de 15 millones de pesos, similar a la cifra que obtendría el Partido Nueva Alianza en Hidalgo de poco más de 16 millones de pesos, pero este último producto de una alianza triunfadora con Morena Hidalgo.

¿Cómo se explica que un partido local como el PRD que quedó diezmado frente a la pérdida de su registro nacional pueda no sólo sobrevivir, sino obtener un financiamiento público proporcional mayor a algunos partidos de la vieja guardia y los partidos locales de reciente creación?

La asimetría electoral del antiguo régimen

El sistema electoral en México impulsado desde el viejo régimen después de la caída del sistema” que hizo posible el ascenso de Carlos Salinas de Gortari y que en un intento de limpiar y moralizar” la inequidad partidista en la contienda política y aquietar a las fuerzas de oposición (recordemos que era la misma Secretaría de Gobernación quien pese a ser controlado por el gobierno en turno garantizaba las elecciones y que el secretario de Gobernación en 1988 era Manuel Bartlett) dio paso a la creación de un árbitro electoral edificando entonces al IFE que ha sufrido en nuestros un cambio de nomenclatura al INE y cambios en sus estructura legal.

Como nuevo árbitro electoral, el IFE vía las resoluciones y acuerdos inter partidos garantiza una regulación de financiamiento con ambivalencias y asimetrías que atienden al principio de que quien obtiene más votos recibe más dinero”, con los bemoles de que los partidos locales y, en el caso de Hidalgo en concreto, asciende a bolsas de financiamiento público, inclusive, por encima de los partidos de fuerza política mayor con registro nacional.

Por ende, el antiguo régimen y su élite partidista PRIAN, que se aseguró de ser juez y parte en el manejo electoral y que dio paso a la espina en la pata del león con la construcción del IFE, años después caería bajo la cabeza de la Hidra y una de sus serpientes lo habría de morder, poniéndolo en jaque cuando las fuerzas de oposición de Morena, en una lucha histórica, ascendieron al poder y hoy detentan el monopolio de los poderes públicos.

Nueva Alianza: financiamiento público y élites partidistas

El análisis crítico de la pervivencia del PRD Hidalgo hace buenos los pronósticos de que en política ni se gana todo, ni se pierde todo”. En este entretelón, la rabia que experimenta el partido de Nueva Alianza que probablemente impugnará el presupuesto/tajada que obtendrán los otros tres partidos locales es la punta del iceberg de cuestionamientos de forma y fondo por la asimetría del financiamiento público, que obedece a la estructura e ingeniería electoral que se construyó en el antiguo régimen.

Nueva Alianza, por alianza con Morena, es parte de la nueva élite partidista de la nación. A nivel nacional y en Hidalgo, goza y disfruta de un momento de esplendor político en la arena nacional del sistema de partidos, pero esta fuerza no se debe al grado de activismo e interlocución político-social como presenta Morena, que es amo y señor del mapa geopolítico. Sin embargo, Nueva Alianza sigue siendo la metáfora de como enanos en los hombros del gigante”, donde un enano ve más lejos que un gigante cuando está encaramado en sus hombros, por lo que, en las espaldas de Morena, Nueva Alianza avizora con mayor nitidez la vitrina política de Hidalgo.


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