A nivel doméstico, el gobierno de Julio Menchaca atraviesa por el delicado margen de la distribución de oportunidades sociales, donde los indicadores en asistencia, programas sociales y flujo de inversión pública no son simétricos (oportunidades de desarrollo social en equidad) y rompen la distribución significativa del impacto social.
Esto conduce a un análisis lógico. En primera instancia la planificación que se hizo en el Plan Estatal de Desarrollo (PED 2022/2028, se esgrimió en un momento donde la radiografía histórico-social en Hidalgo había acumulado más de nueve décadas de involución en las oportunidades sociales y de desarrollo económico.
Las Rutas de la Transformación del gobernador Menchaca Salazar han tenido dos planteamientos para analizar: I. El PED en perspectiva de alcances y límites de respuesta social y, II. Las Rutas de la Transformación como propensión al cumplimiento de programas sociales para atender vacíos del PED.
En este trazo, el alivio ha venido desde el gobierno federal. Las macro obras emprendidas desde inmediato por la presidenta Claudia Sheinbaum, se han convertido, no sólo para Hidalgo, en el pulmón de apoyo la planificación gubernamental de los estados y, al tiempo, en el rescate de los resabios históricos con los que se topó el gobierno de López Obrador y que no pudo subsanar en su justa dimensión.
El momento decisivo de desestabilización y polarización política que vive la palestra nacional -donde las presiones desde Estados Unidos no se han hecho esperar- es, sin duda, un momento donde prima la impredecibilidad de la reacción de las fuerzas del antiguo régimen. Ello, debido a que actúan como veletas reactivas y no proactivas a nivel político. Lo cual vuelve a la beligerancia de sus reacciones, sustantivamente peligrosas y dañinas para la estabilidad y equilibrio del gobierno de Sheinbaum Pardo y las réplicas gubernamentales estatales de Morena.
Vivimos una crisis política (el término krisis es griego) que enuncia de manera inmediata que cada cambio que realice el gobierno central en la planificación del gobierno, habrá de incidir en las modificaciones de la planeación de los gobiernos estatales. Dicho técnicamente, los indicadores presentaran asimetrías o serán inconstantes en la campana de Gauss.
En esta atmósfera, las declaraciones vertidas por el gobernador Julio Menchaca en materia de crímenes violentos y, concretamente del incremento de homicidios en Hidalgo, acusando la problemática histórica de la “indiferencia de gobiernos que lo precedieron”, resulta un comentario que debe ponerse en predisposición del análisis de las asimetrías que se presentan frente a la crisis política que vive México.
Menchaca Salazar se ha topado con que la procuración e impartición de la justicia (equilibrio que Santiago Nieto generó en el primer año de gobierno) establece un nexo directo en el balance social y se cruza con los indicadores para ponderar o medir el impacto del equilibrio social en Hidalgo. En una estructura gubernamental planificada, los eslabones prioritarios (procuración e impartición de justicia y estabilidad económica) inciden en los más débiles creando un efecto dominó.
De acuerdo a Jürgen Habermas, cuando una crisis llega a alterar las condiciones de planeación gubernamental (convengamos que no todo cambio genera una crisis) suele presentarse a nivel social una “pérdida de sentido y pérdida de identidad”. Condición que, en el caso concreto de la procuración e impartición de justicia, incide en el equilibrio social y en el pleno desarrollo de las Rutas de Transformación en Hidalgo.
Cuidar la justa distribución de oportunidades sociales dentro de las Rutas de la Transformación va más allá de la asimetría de indicadores. Pero algo es cierto, no es cosa menor para el gobierno de Julio Menchaca.
