Reingeniería constitucional con alternancia de género

Si la alternancia de género en los cargos públicos se convierte en un derecho para la presidencia de la República, las gubernaturas y las alcaldías, le abriría las puertas de la gubernatura de Hidalgo a Simey Olvera, porque por default los funcionarios varones del gobierno de Julio Menchaca quedarían excluidos del próximo proceso electoral.

La presidenta Claudia Sheinbaum ha perfilado un paquete de reformas de las que sobresale la reingeniería constitucional para que la alternancia de género en los cargos públicos sea un derecho para la Presidencia de la República, las gubernaturas y las alcaldías. Lo cual implica, de ser aprobada esta reforma, que para 2030 el Poder Ejecutivo deberá estar en disputa en un proceso electoral de contienda masculina. Esto le abre la puerta a Andrés Manuel López Beltrán a la carrera presidencial y, en Hidalgo, a Simey Olvera a la gubernatura, porque por default los funcionarios varones del gobierno de Julio Menchaca quedarían excluidos del próximo proceso electoral.

 

Las asimetrías de género que Sheinbaum ha enunciado en la estructura política nacional y en las diferentes dimensiones de la vida social ponen al gobierno de Hidalgo en un momento vital para redefinir una nueva dinámica política en el paradigma gubernamental con perspectiva y equidad de género, frente a la dinámica cultural y los retos de transformación política y constitucional de la nación.

 

La estupidez de un bufón

 

Las declaraciones vertidas por el actor de películas de ficheras, Rafael Inclán, género fílmico que se encargó de utilizar a las mujeres como objetos sexuales y cosificar las relaciones amorosas, terminó reconociendo su estupidez con una disculpa a la presidenta Claudia Sheinbaum. La maquinaria mediática de la oposición se ha dado vuelo en la apología de descalificaciones a Sheinbaum Pardo, que ya aparecen en los cartones periodísticos y en las alegorías al uso de la “A”, como terminación a profesiones y realidades sociales.

 

Tiempo de mujeres

 

Destaca entre una de las medidas directas de la presidenta Claudia Sheinbaum la reforma a las pensiones de mujeres y, en especial, de mujeres de los pueblos originarios, que en Hidalgo ya han iniciado su inscripción para acceder a las pensiones del bienestar. En este tiempo de mujeres y equidad sustantiva constitucional, es tiempo de cambiar los estereotipos culturales de la nación por la veracidad de la horizontalidad social.

 

El déficit de equidad de género

 

El gobernador Julio Menchaca recibió su gestión con un déficit agudo en materia de violencia de género en Hidalgo. La violencia de género se presenta en los ámbitos: educativo, laboral, comunitario, familiar, de pareja, psicológica, física, sexual y mención específica merece el caso poco estudiado de mujeres con discapacidad en la investigación científica del evento.

 

En 2021, la Encuesta de INEGI para Hidalgo ENDIREH reveló que a partir de los 15 años de edad el 70,6% de las mujeres experimentan algún tipo de violencia psicológica, física, sexual, económica o patrimonial; fenómeno que transita en nuestros días y que arroja, inclusive, condiciones afianzadas de manera cultural.

 

Una presidenta proclive al cambio social

 

En el mensaje presidencial de toma de posesión de Claudia Sheinbaum, de manera desgarradora, pronunció: se nos hizo creer que las mujeres no podíamos, refiriéndose a la obstrucción del paradigma del Estado Patriarcal en México, que generó diferentes trabas legales, políticas, económicas y culturales para el pleno desenvolvimiento social de la mujer y condenando a lo largo de su discurso la discriminación en cualquier ámbito social.

 

La data de la asimetría de género

 

Es en este trazo, en 2023 la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo, Ana Karen Parra Bonilla, hizo público que un fenómeno en ascenso en Hidalgo es la discriminación, del cual, las mujeres ocupan un lugar infaustamente preponderante en municipios como Tizayuca, Tula, Zempoala, Apan, Actopan, Ixmiquilpan, Santiago Tulantepec, Huejutla, Mineral de la Reforma, Tepeapulco, Zacualtipán, Tulancingo, Tolcayuca, Huichapan, Jacala, Yahualica, Acaxochitlán. Municipios donde las condiciones han ido escalando y donde también el feminicidio es una realidad.

 

Este tipo de data no puede ni debe quedar al margen del análisis de las condiciones estructurales que, históricamente, ha presentado la asimetría política que ha marginado a la perspectiva de género de la estructura gubernamental y social.

 

Estado en equidad social

 

Es precisamente en la lógica de la construcción de un Estado en equidad y para la equidad sustantiva de los seres humanos, en el que se inserta la lógica de extinguir el “sistema de género imbricado”. Es decir, donde se presentan diferencias de género tanto a nivel de la estructura del Estado como social. Sin embargo, es la estructura del Estado Patriarcal, que también se nutrió de la preeminencia de la conducción católica en la política en México, la que devino en la discriminación y segregación social de la mujer.

 

En este trazo, a nivel cultural, producto de la acción de las estructuras políticas, se generó una jerarquización social de género. Esta es cuestión medular a la que se refiere la presidenta Sheinbaum al señalar que “se nos hizo creer que la mujer ¡No!”, lo que truncó históricamente el ciclo vital de interacción social de las mujeres en México.

 

Hidalgo en la reingeniería constitucional con alternancia de género

 

En este escenario, el gobernador Julio Menchaca debe iniciar un amplio proceso de apertura y reorientación de la política con perspectiva de género en el aparato de Estado y cambio social. Las Rutas de la Transformación en el ejercicio de gobierno son un espacio idóneo para crear desde la gestión pública las herramientas y elementos que propicien el cambio estructural de la sociedad.

 

Establecer que los roles diferenciados que cumplen a nivel social mujeres y hombres no supeditan la interacción humana a un plano de discriminación es esencial para construir en Hidalgo un modelo de desarrollo político acorde al humanismo mexicano, donde la equidad de género constituya el inicio de una simetría legal, política y cultural para propiciar la horizontalidad humana y ciudadana que requiere la realidad social.


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