Se aproxima el desfile de egos

El 14 de octubre comienzan las comparecencias para que las y los secretarios de estado rindan cuentas ante el Congreso de Hidalgo. Se espera que actúen con prudencia y no lleguen en autos ostentosos, con guaruras, rechinando llantas y ataviados con indumentarias de marcas de diseñador.

A partir del 14 de octubre se llevarán a cabo las comparecencias para que las y los secretarios de estado rindan cuentas ante el Congreso local y den a conocer la glosa del Segundo Informe de Actividades del gobierno estatal, como seguimiento a lo expuesto por el mandatario Julio Menchaca, pero, ahora, de manera individual y particular ante el Poder Legislativo.

 

Y aunque Morena es mayoría en el Congreso local, sin duda la oposición ya se prepara para, por lo menos, poner nerviosos a las y los funcionarios públicos. Se espera, cuando menos, de Marco Mendoza y Claudia Lilia Luna, una importante crítica desde la óptica opositora, porque, de no ser así, estaríamos hablando de una simulación y comparsa sin sentido para congraciarse con el gobernador.

 

De este ejercicio legislativo, se ha sabido que todo o casi todo está previamente planchado, incluso que los entrevistados logran tener una guía muy específica días antes de su comparecencia y, de alguna manera, simular que existe un genuino apretón legislativo hacia las y los secretarios. Pero en su mayoría está previamente orquestado.

 

Igualmente, este tipo de ejercicios sirve para jalar la voluntad de las y los legisladores, es decir, a partir de las comparecencias se sabe qué tan dispuestos están las y los diputados a caminar en acuerdo con el partido en el poder y, de esta forma, negociar en futuras operaciones para jalar agua a su molino sin mayor contratiempo.

 

Ahora que Morena es mayoría, se puede entender que no tendrán ningún problema para solventar el calendario de comparecencias; sin embargo, también se sabe que, muy a pesar de que todo esté debidamente articulado, suelen ocurrir incidentes que ponen en jaque a las y los funcionarios públicos. Basta recordar lo ocurrido el año pasado que, por ejemplo, en la rendición de cuentas de Natividad Castrejón hubo bostezos.

 

Recordamos también la desafortunada conferencia de prensa luego de comparecer de Esther Ramírez Vargas, secretaria de Hacienda, quien ante los cuestionamientos de los medios de comunicación se notó nerviosa y no fue tan solvente.

 

Incluso, se recuerda la participación de la entonces secretaria de Salud, Zorayda Robles, ahora alcaldesa de Apan, quien terminó llorando en el recinto legislativo, luego de dar su mensaje final. Lo que conmovió a una parte de los presentes y a otros les pareció una burla a la máxima tribuna.

 

Sería importante saber, ahora, quién llevará el auto más ostentoso. Eso nunca falla, que algunas y algunos secretarios lleguen con guaruras, rechinando llantas y ataviados con indumentarias de marcas de diseñador.

 

Pero, además, ojalá no se les ocurra mostrar músculo como si se tratara de un acto de destape o de campaña. Hay que recordar que muchas y muchos secretarios abarrotaron el recinto para mostrar fuerza política como es el caso de Miguel Ángel Tello, que no le calculó y sus acarreados estaban sentados hasta en las inmediaciones del Congreso.

Ojalá no lleven acarreados para llenar las comparecencias y después sean exhibidos, pero, principalmente, ojalá no le falten al respeto al jefe del Ejecutivo estatal, Julio Menchaca, quien pone el ejemplo de la forma prudente con que se deben hacer las cosas.

 

El desfile de egos en la Cámara de Diputados se aproxima y lograremos saber quiénes ya caminan por su lado en busca de nuevos proyectos, o quiénes aún están comprometidos con la continuidad del segundo piso de la transformación.


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