De la cortesía política a la dolorosa realidad

El alcalde Jorge Reyes ya se ha dado cuenta de las malas prácticas de la administración de Sergio Baños y la opinión pública señala que haría bien en iniciarle una carpeta de investigación, porque, además, Reyes no tiene ninguna necesidad de tronarse los dedos por los desperfectos de su antecesor.

Cada vez que ocurre el cambio natural de los ayuntamientos, donde entran las nuevas administraciones, invariablemente se ha podido observar a lo largo de la historia que hay alcaldes y alcaldesas que llegan con bríos recargados, con ímpetu desbordado y con ganas de hacer las cosas. Casi todos los inicios son en ese sentido.

Conforme avanzan las semanas, ese entusiasmo presidencial va disminuyendo de manera natural por la carga exhaustiva de trabajo, porque los gobiernos locales son el primer contacto con la ciudadanía y el desgaste empieza muy temprano y termina hasta el final de la administración, por lo tanto es normal que la intensidad vaya dosificándose después de unos meses de iniciar.

En este momento, vemos a las y los alcaldes recorrer calles, colonias, saludar a la gente, mostrar sus mejores poses y sonrisas, suben, bajan, toman nota. Al fin viven el momento que tanto esperaron. Es más, llegan temprano y se van hasta la madrugada de sus oficinas, mostrando un compromiso ciudadano a prueba de fuego.

Hasta ahí es normal, es parte de la alegría y algarabía que ocasiona sentarse en el trono municipal. Pero también idealizan, se imaginan un mejor municipio, planean, anhelan cristalizar los sueños colectivos y los propios, buscando que la historia los reconozca y los catapulte hacia proyectos más ambiciosos.

Pero lo cierto es que la realidad es otra, porque no hay alcalde o alcaldesa que salga en hombros al término de su administración, no ha existido el munícipe que haya conquistado a sus gobernados, porque evidentemente un ayuntamiento, por pequeño que este sea, siempre es rebasado por las necesidades ciudadanas y el o la alcaldesa sale raspado siempre.

Ejemplos hay todos, sólo por citar algunos: Ernesto Gil, Ricardo Hernández, Adalberto Chávez, Mario Viornery, Rafael Arriaga, Juan Manuel Sepúlveda, José Antonio Tellería, Alberto Meléndez, Omar Fayad, Francisco Olvera, Geraldina García, Eleazar García, Yolanda Tellería, hasta llegar a Sergio Baños, han sido susceptibles a la crítica, al escrutinio y a diversos señalamientos, pero nadie ha salido con bombo y platillos. En el menor de los casos sólo críticas y en el mayor de los casos otro tipo de situaciones.

Y es que este recuento viene a colación porque quien ha recibido buenos comentarios es el alcalde Jorge Reyes, cuando menos en las redes sociales proyecta ganas de trabajar, lo mismo los medios de comunicación dan cuenta del trabajo que realiza en las colonias y en las calles y es notorio su deseo por hacer un buen trabajo. Pero además, con toda seguridad y certeza, podrá superar por mucho lo realizado por la administración de Sergio Baños. Con que tape cinco baches lo habrá superado.

Hemos visto que Reyes recorre las oficinas municipales de todas las secretarías para conocer de cerca lo que hay, lo que falta y seguramente lo que se llevaron. Y es aquí donde debe quedar atrás la cortesía política y atender la triste realidad.

La ciudad recuerda el oportunismo de Baños por querer quedar bien con quien sabía ganaría el Ayuntamiento de Pachuca, diversas fotos circularon de Sergio y Jorge saludándose con euforia y alegría. Hasta ahí la cortesía política.

Ahora que el alcalde Jorge Reyes, por cuenta propia, ha podido observar lo maltrecho de las instalaciones, el desinterés por haber hecho algo para mejorar las condiciones, falta de equipamiento, parque vehicular inservible, infraestructura en abandono, se ha dado cuenta de la triste realidad y del engaño del que fue objeto por parte de Sergio Baños.

La opinión pública refiere que muy bien haría el nuevo inquilino de la Casa Rule en iniciarle una amplia carpeta de investigación, por las malas prácticas del gobierno saliente, porque más allá de dinero también existen otras formas de corrupción. Jorge Reyes tiene ante sí la posibilidad de legitimar la Cuarta Transformación que pregona.

Y es que no tienen ninguna necesidad el alcalde Reyes de tronarse los dedos por todos los desperfectos de su antecesor, mientras Sergio Baños ya prepara sus maletas para disfrutar de un viaje a Europa en el mes de octubre.


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