En la impugnación de los estragos que ha causado el neoliberalismo a través de la detentación del poder del PRI en Hidalgo, aparecen en estos días de recomposición política las asimetrías de la tiranía del mercado y las estelas de la vieja política que han develado con contundencia las Rutas de la Transformación del gobernador Julio Menchaca.
¿Cómo percibimos de la teoría a la praxis los estragos de la tiranía del mercado a los estragos del antiguo régimen?
Si sentáramos a Milton Friedman, el creador en la escuela de Chicago del neoliberalismo, y observara la realidad del Hidalgo, lo primero que declararía es que para que el neoliberalismo funcionara, necesitaría, a su juicio, de una clase política honesta. Condición distante y lejana en el PRI que fue partido hegemónico por más de 90 años en suelo hidalguense y estructura de sucesivos gobiernos estatales.
La Estafa Siniestra, que enmarca las tropelías de diferentes personeros del antiguo régimen en Hidalgo; de redes de corrupción en pro de intereses privados con el uso de la maquinaria pública; de programas que se utilizaron para ampliar la malversación pública e incrementar sus alcances en la operación política, no son en modo alguno ni un solo grano de las raíces que explican el engaño que se propinó a las estructuras políticas y sociales en la tierra que lleva el apellido del Padre de la Patria.
Para historiadores clásicos como Marc Bloch, desde el enfoque innovador de la historia “no se puede comprender el presente sin el pasado”, condición que se obvió por la clase política del antiguo régimen y que hoy el proyecto de Claudia Sheinbaum trata de recuperar a título de “no olvidar lo que implicó el antiguo régimen”.
Todo indica que los resabios de la economía neoliberal, que enraizó Carlos Salinas de Gortari en una escalada de privatizaciones, protección al capital en detrimento del trabajo, ampliación del crédito bancario que -en época de Ernesto Zedillo- culminó con el rescate bancario -no al pueblo, jamás al pueblo- con el infausto caso FOBAPROA, que aún sigue pagando de sus impuestos el pueblo; dan marco para el análisis de las implicaciones que constituyó el engaño priista y que hoy sus personeros parecen haber olvidado y no discuten, pero que en la piel de las asimetrías en Hidalgo sigue pesando como destino cuasi manifiesto.
En términos estrictos, la reestructuración del sistema político iniciado por López Obrador -que hoy enfrenta la batalla en la reforma del Poder Judicial, porque fue ese mismo Poder Judicial el que le dio cauce legal a la tiranía del mercado y al engaño del PRI a nivel nacional y que en Hidalgo creó atraso social y primitivismo político- explica, de manera lineal, los estragos de una sociedad asimétrica en Hidalgo que no es un hallazgo científico, sino la más pura expresión del subdesarrollo político que implicaron los sucesivos gobiernos del antiguo régimen, antes, durante y después de la implementación del neoliberalismo salinista.
No existe maldición ni gobierno que dure 100 años. Quizá por ello el PRI en Hidalgo sólo llegó a nueve décadas. Empero, su presencia dejó un legado inenarrable de desolación social que, precisamente, no puede ni podrá ser develado en su justa dimensión para hacer inteligible o comprensible los retos que lleva a sus espaldas el gobernador Julio Menchaca, que experimenta en carne propia los estragos del antiguo régimen cuando camina por las comunidades, regiones, pueblos, barrios y colonias llevando su apoyo y mensaje en las Rutas de la Transformación.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.