La transición del Ayuntamiento de Pachuca se ha centrado en una entrega-recepción en un contexto donde los déficits administrativos del cabildo saliente constituyen, para la operación de las Rutas de la Transformación del gobernador Julio Menchaca, un punto de expectativa orgánica y retos mayúsculos a la administración que encabezará Jorge Reyes Hernández.
Empero, una pieza en la transición administrativa se perfila como una de las sombras en el esquema de modernización municipal de Reyes Hernández: el sindicato como poder de presión obstruccionista.
El análisis crítico del sindicato del Ayuntamiento de Pachuca atraviesa por la conformación de una estructura de doble impacto: en primera instancia, es un grupo de interés que utiliza la dinámica laboral por medio de un control vertical de la base operativa del ayuntamiento y, en un segundo plano, su organización mantiene herramientas de obstrucción de poder para consolidar su operación.
En esta composición de fuerzas, un cabildo debe reestructurar las lógicas de los acuerdos que sostiene con los sindicatos que operan dentro de su administración, como ha sucedido históricamente en el caso de España, donde el obstruccionismo sindical dio paso a la inoperatividad municipalista en incontables casos y ocasiones. Aquí, no sólo está en juego la capacidad de negociación del cabildo, sino también el uso diestro de las herramientas legales para controlar los vaivenes del sindicalismo cuando éste no es responsable y actúa con dinámicas de obstrucción gubernamental.
En específico, el sindicato del Ayuntamiento de Pachuca ha recurrido en incontables ocasiones al obstruccionismo orgánico de labores, por lo que la naciente administración de Jorge Reyes deberá construir un protocolo de contención jurídica en materia de relaciones sindicales que le permita operar y evitar el obstruccionismo laboral.
En los hechos, en América Latina en diferentes países de vanguardia municipalista han trazado protocolos de contención jurídica que permiten ampliar el marco de negociación con los sindicatos de alcaldías y generar un saneamiento en las prácticas de choque que suelen operar. Esto incrementa el poder del cabildo como mando administrativo y permite trazar el manejo de escenarios en tiempos donde el sindicato puede crear focos de reacción obstruccionista o, bien, de desequilibrio orgánico.
La salud política del Ayuntamiento también transita por las relaciones sindicales, por lo que la instauración de nuevos protocolos jurídicos de contención sindical, se vuelven una tarea de reflexión que mejore las condiciones de operatividad del Ayuntamiento de Pachuca.
La fragmentación de la operatividad orgánica que experimentó la administración de Sergio Baños enfrentada al sindicato es evidencia empírica de que la planeación de la estructura de respuesta al manejo sindical no puede estar exenta de revisión dentro de la naciente administración de Jorge Reyes, que debe afinar los detalles para garantizar que Pachuca sea el epicentro del poder político y de proximidad ciudadana que reclama un diseño gubernamental municipalista de vanguardia.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
