La vertiginosa visita de Santiago Nieto Castillo, el gendarme custodio de la justicia y la democracia, al Congreso de Hidalgo, en medio de aplausos y reflectores mediáticos, contrasta con los magros logros de la LXV legislatura saliente, cuyos déficits amenazan con entorpecer en tiempo y espacio el trabajo de modernización del marco jurídico inserto en las Rutas de la Transformación del gobernador Julio Menchaca Salazar.
Empero, ¿por qué la visita de Santiago Nieto causó nostalgia en los entramados de la administración de Julio Menchaca?
La respuesta es lineal. Durante la gestión de Nieto Castillo el equilibrio no sólo de la procuración de la justicia y la democracia en el gobierno de Julio Menchaca fueron la piedra angular de un esquema de profundización judicial certero y de alcances nunca antes vistos en Hidalgo que, en los hechos, fue un aislante político para los avances de las Rutas de la Transformación.
El trazo de la actuación de Santiago Nieto en Hidalgo era claro en la procuración de la justicia y la democracia que se elevaba a rango jurídico-político, por lo que la estabilidad gubernamental se convirtió en un doble ejercicio como diría Foucault: el poder jurídico y el poder no jurídico.
El poder jurídico de la procuración de justicia en Hidalgo constituyó en manos de Santiago Nieto una visión de investigación aplicada en la armonización del equilibrio del aparato de Estado. Sentó las bases para hacer de la procuración de justicia un poder jurídico transformador, acorde al saneamiento de la corrupción y la impunidad en el marco de la depuración y probidad pública. Las indagatorias de la Estafa Siniestra sólo fueron la punta del iceberg de un proceso de transformación jurídico-político.
El poder no jurídico fue diagnosticado desde las pesquisas de los grupos delincuenciales y la atención al trasiego de huachicol. Santiago Nieto perfiló una estrategia de control-dispersión, la cual contenía un doble impacto: se aseguraban los enclaves territoriales de focos de reacción delincuencial como Tizayuca y Tula, mientras los operativos de seguridad empujaban a la dispersión de la delincuencia que perdía conexión y poder orgánico en Hidalgo.
Sin duda los reflectores mediáticos se centraron en las pesquisas de la Estafa Siniestra sobre Santiago Nieto, pero la correlación del poder jurídico y el poder no jurídico como herramientas de transformación en la procuración de la justicia y la democracia no fueron advertidos ni percibidos en su justa dimensión. Santiago Nieto dio muestras de capacidad de Estado.
El relevo en transición de la procuración de justicia en Hidalgo para edificar una Fiscalía quedó en un impasse. Los vacíos de poder se hicieron sentir y el trabajo del poder jurídico y el poder no jurídico se debilitaron, cuestión que, al tiempo, erosionó el equilibrio de la operación gubernamental de Julio Menchaca y puso en prospectiva en los corrillos públicos la posible transición en las oficinas centrales de la PGJEH.
Por ende, el escenario de expectación y nostalgia que ha creado la visita de Santiago Nieto Castillo, el gendarme custodio de la justicia y la democracia, es reminiscencia de una capacidad política de Estado que no ha sido suplida, y que ya opera en el escenario de cambio de mando en la PGJEH para restaurar la estrategia de doble impacto: poder jurídico y poder no jurídico.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
