Cómo se construyó la Estafa Siniestra (Parte I)

Como la primera cereza del pastel cayó el exalcalde de Epazoyucan, Fidel Arce Santander, a quien se le han fincado 8 años de prisión por los delitos de peculado agravado y uso ilícito de atribuciones y facultades; sin embargo, no hay todavía una declaración contundente sobre qué parte del eslabón de la Estafa Siniestra ocupa en el desvío de fondos públicos.

En el análisis y desproporción del juego de intereses políticos y personales con fachada pública, la Estafa Siniestra concita vacíos, laberintos y lagunas de información que no terminan por brindar un panorama integral sobre uno de los sucesos más oscuros de la malversación pública en la historia de Hidalgo.

 

En estos entretelones se vinculan hipótesis, hechos y contubernios que vieron la luz pública cuando Santiago Nieto Castillo destapó la cloaca de desvíos de recursos del erario público por más de 500 millones de pesos. La PGJEH de Hidalgo encauzó líneas de investigación que apuntaban a una conspiración pública que desvió recursos en la administración del exgobernador Omar Fayad Meneses, pero las pesquisas fueron limitadas y 12 exalcaldes fueron detenidos, iniciándose interrogatorios que crearon dos hipótesis inmediatas: I. Se trataba de una red de corrupción pública, articulada y con estructura de mando. II. El desvío de fondos públicos se filtró en innumerables ocasiones, no sólo a través de empresas fachada, sino de programas públicos donde los recursos no eran ampliamente arqueados.

 

Como la primera cereza del pastel cayó el exalcalde de Epazoyucan, Fidel Arce Santander, a quien se le han fincado 8 años de prisión por los delitos de peculado agravado y uso ilícito de atribuciones y facultades; sin embargo, no hay todavía una declaración contundente sobre qué parte del eslabón de la Estafa Siniestra ocupa en el desvío de fondos públicos.

 

La operación de la Estafa Siniestra no podía haberse construido desde los mandos medios de las estructuras de gobierno, porque no ejercen toma de decisiones y su función se traduce al manejo de información administrativa.

 

Santiago Nieto no abrió información de cómo se había creado la Estafa Siniestra, se concretó a datos lineales que tenían que ver con la detención de presuntos implicados, su vinculación a proceso y la recuperación temprana de 100 millones de pesos. No obstante, datos como la construcción de la operación Estafa Siniestra, objetivos y traslado de recursos no aparecieron, tanto para no entorpecer las indagatorias como para no crear un alud que sobrepasara al mando en la PGJEH.

 

Las pesquisas de la Estafa Siniestra incrementaron significativamente la credibilidad y legitimidad del gobierno de alternancia de Julio Menchaca, pero como la búsqueda quedó constreñida a personeros medios en su mayoría, y no a la alusión contundente de secretarios del staff de gobierno, se perdió el cruce de líneas que marcaba a las indagatorias como un proceso de depuración en la probidad pública y, por ende, en el imaginario colectivo del combate a la corrupción e impunidad.

 

La ciudadanía se adhirió a dos posturas: en primer término, hubo sectores que asumieron que se trataba de maquillaje político en una caravana interminable de relatos que se volvieron míticos y leyenda urbana; mientras, en un segundo plano, la ciudadanía quería que se llevara a fondo una indagatoria para desterrar la corrupción e impunidad, o bien, al menos, iniciar con un proceso de moralización pública.

 

En este escenario, la figura de Santiago Nieto cobró tal relevancia que se llegó a pensar que la justicia pronta y expedita transitaba por un nuevo esquema de procuración de justicia en Hidalgo, que, en definitiva, había llegado la hora de ir en contra del pasado del antiguo régimen que había sembrado pobreza y desigualdad, aislando las oportunidades sociales desde la operación política, donde la Estafa Siniestra sólo era la punta del iceberg de un pasado cruento.

 

El tema de los recursos públicos y su destino cobró singular relevancia entre la ciudadanía. El gobernador Julio Menchaca hizo reiterados pronunciamientos al combate a la corrupción y estos se unieron también al combate a la delincuencia; se trataba de dos líneas de procuración de justicia distintas, pero que se entrelazaban en el impacto público. Las Rutas de la Transformación eran también una forma de presencia pública a contraflujo de los manejos gubernamentales del antiguo régimen que se traducían en dignidad y justicia social.

 

Algo refrendaba la Estafa Siniestra: ser juez y parte es vivir del presupuesto público y hacer de los negocios privados con fachada pública el porvenir de la casta en el poder.

 

Todo parecía navegar viento en popa en las pesquisas de la Estafa Siniestra. Sin embargo, el anuncio de la salida del gabinete de Santiago Nieto le restó proyección judicial al primer año de gobierno de Julio Menchaca, la moneda estaba en el aire en el laberinto de la justicia.


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