La Estafa Siniestra que ha develado el contubernio en el desvío de fondos públicos en Hidalgo por administraciones del antiguo régimen, se aviva frente al remolino de acusaciones que ha emergido en los manejos de Alejandro Alito Moreno desde la maquinaria del PRI a nivel nacional, que ahora es señalada por los expriista en el exilio político como la cueva de Alí Babá y los 40 ladrones.
Las declaraciones de Francisco Labastida y Dulce María Sauri que señalaron el lavado de dinero y corrupción del actual líder del PRI se hicieron a título de un llamado a las autoridades para investigar el monto de la riqueza del desvío público que se le achaca a Alito Moreno por 3 mil 941 millones de pesos, y que ahora tiende puentes con las operaciones que pudieran haberse efectuado desde las entidades que gobernaba el partido tricolor, cuestión que abre indagatorias sobre posibles contubernios en operaciones políticas con uso del aparato de Estado en los vectores de posicionamiento político, negocios personales y privados, y malversación pública.
En este trazo de cuestionamientos de posible peculado tanto en Campeche como a través de la escena de partido, Alito Moreno ha ganado la batalla de la legalidad de la Asamblea del PRI, que le permite la reelección como presidente de partido y, por ende, ha creado una ventana de oportunidad generando desde el argumento de que sus enemigos políticos (porque no les llama adversarios) han construido un escenario para causar descrédito de su figura pública debido a la impotencia de no controlar el poder en el PRI, ha señalado a Manlio Fabio Beltrones, Dulce María Sauri, Francisco Labastida e incluso ha salpicado a Miguel Osorio Chong, exgobernador de Hidalgo.
Empero, las hipótesis de la malversación pública y el desvío de fondos presentan lógicas de investigación que se han producido en un modus operandi de las administraciones del antiguo régimen, y que en Hidalgo fueron atendidas por el gendarme custodio, Santiago Nieto, bajo el esquema de la triangulación: malversación pública, empresas fachadas y operación política, concluyendo con exalcaldes detenidos, servidores de rango medio y vinculaciones a proceso.
Hasta ahora, la Fiscalía General de la República no ha podido probar la malversación pública a Alito Moreno. Sin embargo, las pesquisas a raíz de la eternización en el poder del PRI, producto de la impronta de la reelección y el no al sufragio efectivo, han abierto un vendaval de acusaciones que en Hidalgo avivan las pesquisas de la Estafa Siniestra, atizando el fuego de la procuración de la justicia local.
No obstante, para políticos como Gerardo Fernández Noroña, Alejandro Alito Moreno es una pieza invaluable de la zozobra en el PRI, por lo que permitir que el exgobernador de Campeche continúe en la cúpula dirigente del partido tricolor, es imprescindible para garantizar la consolidación de Morena y la transformación nacional. La postura de Fernández Noroña es a título de mofa, pero advierte que la conducción del PRI por Alito Moreno otorga un dividendo político al proyecto guinda.
Alito aviva las pesquisas de la Estafa Siniestra en Hidalgo, sacudiendo el pasado del antiguo régimen en un laberinto de acusaciones sobre expriistas que, ahora, sacan los esqueletos del closet de la vieja política.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
