La serie de manifestaciones sociales que se presencian en Hidalgo exigiendo igualdad de derechos en materia de género trastoca todos los diálogos y transversalidad del humanismo político en el gobierno de Julio Menchaca.
En esta realidad, no basta ni es suficiente aceptar que existen profundas desigualdades sociales en materia de género y, lamentablemente, en Hidalgo, la dimensión de la equidad salarial presenta un déficit que el gobierno y el Congreso local tendrán que atender como un planteamiento de dignidad social.
La equidad salarial en países desarrollados tampoco alcanza los niveles que deben ponderarse en la equidad de género. Es recurrente percibir que la inequidad salarial es, al mismo tiempo, una forma de discriminación social que no ha sido atendida en su justa dimensión y, que de acuerdo a INEGI, en México llega a causar brechas que oscilan desde 20 al 30% de distancia en la remuneración económica.
En Hidalgo, la migración hacia Estados Unidos tiene un componente significativo en las brechas salariales entre mujeres y hombres. No se trata sólo de un fenómeno social que atiende la contracción de los mercados laborales sino también a la brecha salarial.
En este trazo crítico Hidalgo debe ser vanguardia en legislación laboral para asegurar que las brechas salariales entre mujeres y hombres no vulneren la dignidad del humanismo político que se ha perfilado en el gobierno de Julio Menchaca y, con ello, garantizar que las Rutas de la Transformación sean espacios de dignificación social.
Mención contundente merece la discusión del trabajo doméstico no reconocido de las mujeres y hombres. Hasta ahora no exige una legislación en el país que reconozca este esfuerzo humano de trabajo en los hogares y ello permita generar una pensión tanto para mujeres y hombres que dedican la atención familiar desde un trabajo doméstico no reconocido a nivel de las condiciones del trabajo formal, por lo que la visión legislativa debe ampliar las figuras que se encuentran en el vacío jurídico en la materia.
Es necesario que la brecha salarial entre hombres y mujeres genere una política integral en el gobierno de Julio Menchaca porque es una expresión de violencia de género y no debe ser permitida.
La reflexión expresa entre equidad de género y equidad salarial presupone una crítica a la conformación de sociedades donde el humanismo político ha sido relegado y en este escenario es pertinente recuperar desde la Ley las condiciones que generen los equilibrios que exige la dignidad humana.
En este entramado la generación de políticas públicas con enfoque de género merece una revisión en lo ya hecho en Hidalgo. Se imponen nuevas reflexiones y construcciones públicas que permitan la horizontalidad de género y estimulen nuevas concepciones sociales para abrir la reflexión y los hechos sociales a una sociedad con mayor justicia y equidad social.
La nueva legislatura del Congreso local debe encauzar una legislación de vanguardia en equidad de género donde la brecha salarial no se erija como la espada de dos filos del humanismo político en la transformación nacional.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
