Maquiavelo, per amore della patria

Sólo los imbéciles consideran a Maquiavelo un personaje despiadado y antiético; por el contrario, es profundamente religioso y ético.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

El número 9 en vida tiene una semántica especial y lo pienso desde mucho antes de que me apasionara la vida de Nikola Tesla, hoy más famoso por el automóvil eléctrico que lleva su apellido que por su invento de la electricidad alterna.

Se han cumplido 9 años desde que publiqué mi libro “Maquiavelo y la unidad italiana”, en el que destaco mi enfado con todos aquellos que nunca entendieron los escritos del gran florentino, sobre todo aquellos que sólo leyeron, mal y fuera de contexto, «El Príncipe», libro que por cierto no es la obra cumbre de Maquiavelo, sino la más difundida en Occidente, ya que la obra máxima de la que se desprende «El Príncipe» es «Discorsi sopra la prima deca di Tito Livio» (Discursos sobre la primera década de Tito Livio).

Me enfurecen los términos confusos y leyendas absurdas que se tejen sobre Nicolás Maquiavelo, como que era un depredador de hombres, un malvado antiético, un Mefistófeles de la política, el anticristo; o bien, la ligereza con que se utiliza el término “maquiavélico” para señalar que algo es malo, oscuro o siniestro. De paso también el uso de la frase “El fin justifica los medios”, que no escribió Maquiavelo, no aparece en ninguno de sus textos y es una inferencia mal parida que atenta contra la grandeza del nativo de Florencia.

Maquiavelo fue el primer gran patriota italiano que al ver a Italia dividida en reinos fatuos de nobles sin entereza y escrúpulos escribió «El Príncipe» como un llamado a la unidad italiana, porque Italia era débil y asolada por bárbaros y pueblos que la dominaban.

¿Por qué escribir «El Príncipe»? Porque la figura de república o republicana no estaba en el imaginario colectivo como en nuestros días y la patria no había cuajado en la dividida Italia; por ello, apelar a la figura-metáfora de un príncipe que tuviera la virtud (fuerza intrínseca) y la fortuna (designio de ventura) era vital para que naciera el amor a la patria (il amore dela patria) y entonces,  unificara a Italia y marcara el curso de su grandeza.

Por ello Maquiavelo escribió «El Príncipe» como el primer libro de Ciencia Política que le da autonomía al objeto de estudio de la política; a saber, no lo mezcla con otras ciencias o hermenéuticas de ciencias para explicar el fenómeno político, por lo que crea una fenomenología desde lo que es la política.

Sólo los imbéciles consideran a Maquiavelo un personaje despiadado y antiético; por el contrario, es profundamente religioso y ético, pero no utiliza a la moral para explicar el fenómeno político porque no es útil para el facto, eso es grandioso y pocos lo perciben.

Maquiavelo sabe que la libertad sólo se construye per amore della patria; en nuestros días, muchos lo han olvidado, por ello son estúpidos que a cualquier cosa le dicen “maquiavélico”, insultando con ello no a la memoria del gran florentino, sino a su propia estupidez.

 

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