Luego de una larga ausencia, el director capitalino Carlos Salces decidió volverse a poner detrás de la cámara, con un proyecto familiar titulado Volveré, a cuya premier nos invitaron las buenas amigas de Calouma.
El guion del propio realizador y de Blanca Salces se inscribe dentro de la corriente de filmes de denuncia por las desapariciones, como las espléndidas Ruido, de Natalia Beristain; Sin señas particulares, de Fernanda Valadez, o Noche de fuego, de Tatiana Huezo, pero sin el talento ni la sensibilidad de estas.
El director de cine Salvador (el propio Salces) es desaparecido por denunciar a una minera trasnacional y los daños materiales y sociales que ha producido. La tragedia familiar se agrava cuando la joven esposa fallece de hipertensión, y su hermana Alejandra (Blanca Salces) y su madre (Blanca Montoya) deben hacerse cargo de la familia.
Lo que sigue será un calvario burgués al estilo de El costo de la vida, de Rafael Montero, en el que se acumulan el despido, el desalojo, el cáncer y amenazas de muerte, además de la pérdida de Maya, el perro familiar.
Visiblemente, el director de El zurdo está un poco oxidado y ha perdido el ritmo, por lo que la película se alarga más de lo necesario. Aunque la cinta cuenta con actuaciones especiales de actores como Hernán Mendoza y Arcelia Ramírez, los actores principales resultan poco convincentes.
Volveré resulta ser, pues, un filme bien intencionado, pero bastante fallido, que ojalá sirva para que Salces retome el camino de la prometedora En el espejo del cielo.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
