El PRI Nacional, y local en particular, viven uno de los momentos más difíciles de su historia, porque lejos de actuar para recuperar lo que han perdido en los últimos años están en una pelea absurda en que privilegian sus egoísmos y fobias, sus rencores y venganzas, por encima de la unidad que les puede abrir puertas de recuperación, para lo que hace falta altura de espíritu y visión de futuro que no tienen, sobre todo sus dirigentes nacionales, empeñados por lo que se ve en enterrar lo que queda del otrora poderoso partido, con la impresión de que pelean a muerte no por la gloria ni por la corona de laurel de los grandes triunfadores sino por las migajas que todavía quedan del partido tricolor.
En todo caso y por lo que se ve, la actual dirigencia nacional usa lo que queda del partido para negociaciones con el poder actual para sus intereses particulares y para evitar que la guillotina les llegue al pescuezo, como sucedió con ALITO que cambalacheó el apoyo priista a la militarización del país, para evitar desafuero y seguramente la cárcel por todo lo que le exhibió en su momento Layda Sansores.
Ahora y de acuerdo a lo que dijo hace unas hora el secretario de Gobernación, Adán Augusto, el PRI va con Morena para la desaparición del INE por las mismas razones que la militarización, por temor a expedientes que siguen presentes como guillotina lista para cortar cabezas.
Su última gracia es la de rechazarle a OMAR FAYAD su registro para ser consejero nacional encabezando la planilla roja de Hidalgo, porque alega la Comisión Nacional de Procesos que faltan documentos que prueben pago de cuotas y militancia de al menos cinco años, aunque lo que se percibe es un ajuste de cuentas contra Fayad con quien la dirigencia nacional del partido tricolor trae pelea a muerte desde que le cerraron la puerta a los priistas de Hidalgo para imponer como candidata a Carolina Viggiano, postulada finalmente por el PAN y con los resultados que todos conocemos.
Todavía se recuerdan los enfrentamientos entre Fayad, Alito y Carolina y todo indica que el ajuste de cuentas contra el exgobernador ya empezó con resultados que son previsibles.
Fayad no es de los que agachan la cabeza, lo que puede provocar una escisión en el PRI, que lo reduciría a su mínima expresión y a un paso de su extinción.
Vienen días fuertes en este partido.
Días en que, todo indica, su dirigencia se hincará ante AMLO para atender sus exigencias y días en que los que no están de acuerdo, como Fayad, buscarían caminos para salvar lo que queda o bien para iniciar nuevos derroteros.
Días en que muchos priistas hidalguenses beneficiados en su momento por su partido en el estado mostraran su rostro real.
Esto apenas comienza.
Por: Adalberto Peralta Sánchez
Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.