La melancolía de la libertad

La insurrección del Gueto de Varsovia, integrado por un puñado de judíos escasamente armados, con hambre y frente al peso de la maquinaria bélica del ejército alemán, es un ejemplo heroico de que la humanidad, invariablemente, se opone a la opresión y busca la libertad.

En una clase intenté explicar que la libertad como contención civilizatoria solo es jurídico-política, por ende, no es una realidad abierta o permisiva como las personas, habitualmente la entienden y la hacen inteligible desde su espíritu vestigial.

Entonces, un alumno me inquirió si “la libertad tiene grilletes”, yo contesté: “Si eres un racionalista que hace del pensamiento inteligente y no inteligible tu bandera y espada, comprenderás que lo normativo es una camisa de fuerza en pro de lo que protege, aunque para protegerlo tenga que centrar el límite jurídico-político.

Convengamos: la libertad como un espacio permisivo de la interacción humana no existe y se enfrenta al siervo y el amo que Hegel percibió en la construcción del ego, o bien, de lo que Freud denominó en el esquema del psicoanálisis “yo”, por lo que, frente a los límites de nuestra razón para armonizar nuestros actos, creamos la espada del contrato social.

Por ende, la libertad que conocemos no es permisiva, es siempre un espectro de la represión legal del Estado; un laberinto de opacidad que se esconde en la visibilidad de aquello que quienes hacen del Estado su instrumento, hieren con cruenta represión al vasallo, que por ironía de la libertad le llama “ciudadano”.

El ripio de la pendejería que clama por la permisividad libertaria donde la humanidad considera que a su voluntad nada puede oponérsele, la despierta aquello de que “la libertad es hacer lo que quieras sin dañar a terceros”, entonces aparece el ego o yo contrario, que nos recuerda e impone un límite; por ende, la libertad como concepto sin fronteras es solo un espejismo del control social civilizatorio.

La razón impugna a la razón en la cadena infinita de la oposición suprema de la predisposición del espíritu social.

 

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.