Durante la conferencia de prensa de la VI Semana de Cine Brasileño, organizada por la Cineteca Nacional y la embajada de ese país, se habló de los filmes realizados con pocos recursos y al margen de la industria. Uno de los ejemplos más interesantes es Mató a su familia y se fue al cine, de Julio Bressane.
La cinta, con un guion del propio realizador, narra cinco diferentes episodios, sin aparente relación entre ellos. En el primero, vemos a un joven jugar con una navaja de rasurar, al estilo de Un perro andaluz (Antero de Oliveira), antes de victimar a su padre y a su madre e irse al cine a ver Perdidas de amor, el trágico romance entre Marcia (Marcia Rodríguez) y Regina (Renata Sorrah).
En otro de los episodios, el al asesino llega borracho a su casa y, para no escuchar los reclamos de su mujer, la mata a balazos junto con su pequeño hijo.
En una siguiente historia, un asesino es torturado por la policía y confiesa que “mató por amor”.
Resulta evidente que el tercer largometraje del veterano realizador de Amor loco y Tabú provocó un gran revuelo en su momento.
Matou a familia e foi ao cinema resulta, actualmente, una mera curiosidad y un testimonio de un cine que se fue, para nunca más volver.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.