Cuando tomó posesión Omar Fayad como gobernador del estado, al pasar junto a los ex gobernadores que le acompañaban, volteó la cara y les dijo, de acuerdo a la crónica que ese día escribió Rafael Cardona, “APÁRTENME UN LUGAR PORQUE EN SEIS AÑOS ESTARÉ CON USTEDES TAMBIÉN COMO EX GOBERNADOR” y esa hora ha llegado.
En dos meses dejará de ser gobernador de Hidalgo y, como siempre sucede, son ya los días en que muchas cosas cambian, en que muchos de los que se decían sus amigos dejan de serlo, porque en sus cuentas grillas es hora de desmarcarse, de hacer notar que no son del grupo del gobernador, con la esperanza de que esto les abra las puertas con el que llega.
Es la hora en que quienes le aplaudían todo, ahora ya lo critican con sesudos análisis con la misma intención de los supuestos “amigos”.
No tiene nada de extraño, porque así es este juego del poder, que cuando se tiene el que lo detenta es poseedor de todas las virtudes y todo es elogios y cabezas inclinadas.
ES TRANSITORIO
El poder político es transitorio, tiene fecha de caducidad y es, sobre todo, solo una oportunidad de servicio a la ciudadanía. No es para siempre, como algunos dan la impresión de entenderlo con acciones en que se aferran al poder con uñas y dientes.
Es temporal.
Y esto en todos los órdenes por una razón elemental: la vida es pasajera, temporal, nadie es eterno en la tierra y así pasaron los imperios más poderosos como los romanos o los egipcios.
No por algo cuando un Papa desfila por la basílica de San Pedro, para ser entronizado como sucesor de Pedro, el ceremoniero que va delante de él, en una charola le quema algodones y le grita “Así pasa la gloria del mundo” para recordarle que todo es pasajero .
El gobernador actual con el “apártenme un lugar en seis años” todo indica que tuvo la certeza de que el cargo era temporal, seis años según la ley, y que después se integraría al club de los ex.
EL QUE ENTRA
Julio Menchaca es el gobernador entrante y como todos, verá como se forman en torno al poder todo tipo de gente y grupos.
Es el inicio, cuando muchos buscan la manera de entrar o congraciarse con el hombre del poder, aunque al final sean los mismos que dirán que ni lo conocen para iniciar el mismo juego con quien llegue en el 2028.
Caminar con sentido de temporalidad, de que hay un inicio y un final seguramente llevará decisiones más trascendentes.
Lo cierto en esta hora es que el que está ya se va y el que viene, también se irá.