La gran paradoja de la clase política tradicional en México ha sido siempre la simulación de una pantomima de farándula mediática y discursiva que no supo sobreponerse a la erosión de la corrupción e impunidad que generó en medio de su gatopardismo y demagogia.
En este dantesco escenario, el PRI ha sucumbido de una forma estrepitosa, lo que ha causado una conmoción en sus filas, donde las defecciones y los choques de sus militantes hacia una reestructuración se percibe como un viacrucis, más que la reinvención política que requiere.
En esta inopia política resulta inconcebible, poco menos que un insulto al priismo, el hecho de que Alito Moreno festeje las dos victorias que en alianza política han tenido en este proceso electoral 2022; al grado que -utilizando las palabras del líder tricolor- pretende crear una cortina de humo, un distractor para hacer creer a su militancia, y más allá de ella, que el PRI sigue siendo un conductor e interlocutor político de la sociedad, cuestión que es poco menos que una farsa de carpa de circo.
Por citar un ejemplo, estos son los números del PRI en la elección de Aguascalientes: del 53.76% de los votos que obtuvo la candidata de “Va por México”, que resultó ganadora, el PRI aportó el 7.55%. Eso y nada es lo mismo. O en Durango, en donde el triunfo lo obtuvo el priista Esteban Villegas, el PRI aportó el 34.81% del total en alianza, que fue de 53.74%; esto quiere decir que, de haber ido solo el PRI, no le hubiera podido ganar a la candidata de Morena, Marina Vitela, que obtuvo 38.85% de la votación.
Por ende, los festejos y las bravatas, tanto de Alito Moreno, como de Marko Cortez, del PAN, augurando que para el 2024 en la elección presidencial “va a haber tiro”, advirtiendo que “Va por México” ganará la elección, es poco menos que un vómito del alma, sobre todo teniendo en cuenta que Morena, con el triunfo de las elecciones 2022, incrementó su dominio geopolítico a 22 estados del país y la popularidad del presidente López Obrador es prácticamente la de un rockstar. Sin mayores alardeos, con decirles que Bad Bunny es poco menos que un pedo en un huracán al lado del presidente López Obrador.
En este escenario, ¿por qué Alito Moreno y Marko Cortez pretenden festejar la derrota?, ¿acaso pensarán que la elección se realizó el 28 de diciembre, día de los santos inocentes?
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.