El doctor Stephen Strange, interpretado por Benedict Cumberbacht, es uno de los héroes de Marvel más exitosos en la actualidad. Lejos están sus aventuras en cómics como el Doctor Centella, o la cinta televisiva de Philip DeGuere Jr., en 1978, con Peter Hooten.
Tras la exitosa incursión del Hombre Araña en el multiverso, no es de extrañar que el hechicero supremo llegue a él, bajo el mando del especialista Sam Raimi.
De acuerdo con el guion de Michael Waldron, la adolescente América Chávez (Xóchitl Gómez) es perseguida, para arrebatarle el poder de viajar entre los universos, por la Bruja Escarlata (Elizabeth Olsen), quien desea a sus hijos.
América ha sido protegida infructuosamente por otros doctores Strange, hasta que llega a nuestro universo, desconfiando del hechicero que acaba de asistir a la boda de su amor imposible, la doctora Christine Palmer (Rachel McAdams).
Raimi vaga a sus anchas por el universo de Marvel, cita la serie Wanda Visión y homenajea a otros icónicos personajes, como Reed Richards y Charles Xavier. El viaje semeja un collage por diversos mundos, incluyendo uno de colores. Otro momento muy afortunado es la batalla musical de los Strange, con las notas musicales transformándose en proyectiles.
Dr. Strange in the multiverse of madness es, pues, un entretenido producto de Marvel que dejará satisfechos a los fanáticos del personaje, pero que también divertirá a quienes no lo son.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.