Desde el inicio, la mayor expectativa del proceso electoral por la gubernatura de Hidalgo ha girado en torno al imaginario ciudadano frente al continuismo del modelo de reproducción hegemónica de la clase política tradicional y, del otro lado, el proyecto político de transformación social por la alternancia política y de gobierno.
Por vez primera, la competencia electoral se ha polarizado a tal grado que Hidalgo se perfila como el termómetro político del arraigo y legitimidad de Morena en todo el país. Esto es interesante para ponderar tanto el capital político que consolidó el proyecto de López Obrador, como la restructuración y transformación que viven el sistema político nacional y la realidad social.
La batalla electoral en Hidalgo se adhiere a la prospectiva de la sucesión presidencial que, en definitiva, marcaría un cisma en la clase política tradicional, la cual atraviesa por una erosión mayúscula en la conducción e interlocución política de la ciudadanía.
En este escenario se consolida el discurso del candidato por la alianza “Juntos hacemos historia”, Julio Menchaca Salazar, que mantiene un punto de crítica al orden político dominante y sus resultados históricos en la entidad, para trazar un saneamiento político de la administración pública en el ejercicio de gobierno.
Esta realidad electoral inédita en Hidalgo advierte que no solo se juega una batalla más por el poder político, sino un cambio social que incida en el cambio del paradigma político y garantice el ascenso de la voluntad ciudadana en la conducción del poder político.
Por ende, la dimensión de esta batalla electoral marca para la alianza “Juntos hacemos historia” el reto de generar nuevas formas de organización ciudadana dentro de las estructuras democráticas de la sociedad civil, por lo que resalta en el análisis discursivo de Menchaca Salazar el hecho de que la fuerza de su alianza política es disruptiva como producto de una renovación radical de sistema político local y nacional.
La batalla electoral en Hidalgo marca el ascenso de tensiones políticas inéditas y se trata, sin duda, de un vehemente destape del malestar social que por décadas ha permanecido aletargado en la conciencia ciudadana que hoy permite detectar una polarización de fuerzas sociales nunca antes vista.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
