La Revolución francesa elevó el término “antiguo régimen” a frase de conciencia social, política e ideológica. Este concepto perdura hasta nuestros días para advertir que un régimen que oprime a un pueblo y lo margina de las oportunidades de desarrollo humano en paz, igualdad y fraternidad, no tiene cabida.
En Hidalgo, la vertiginosa interacción ciudadana de Julio Menchaca Salazar ha desvelado que la agonía del viejo régimen se afianza frente a la construcción de un ciclo político distinto, producto de la crisis política de las añejas estructuras de poder, que precipitan su caída frente a la desesperanza y desolación ciudadana.
Esta contienda política advierte que, de gestarse la alternancia en el poder con Julio Menchaca Salazar por la coalición “Juntos hacemos historia”, la agonía política no solo agudizará el deterioro de los antiguos juegos de intereses de la clase política que reprodujo su poder desde el Estado, sino también la caída de una institucionalidad gubernamental que requiere profundos cambios en una lógica de honestidad programática de los planes de gobierno para dar paso al cambio social que requieren los ciudadanos de hidalgo.
Esta premisa destaca la necesidad de que el Poder Legislativo constituya una plataforma de cambio político que, en armonía con el Poder Ejecutivo, trace una perspectiva irrestricta de preservación de la dignidad humana y la proyección de las oportunidades sociales para que se reflejen en la construcción de leyes de vanguardia social, políticas públicas de co-gobierno y políticas de Estado con perspectiva de unidad social.
Julio Menchaca Salazar advierte que la agonía política del “viejo régimen” se ha ahondado a partir de que no ha tenido la capacidad de concretar las demandas de la ciudadanía sobre la tarea pública; pero, lo que es más grave: ha ampliado la brecha de desigualdad que agobia a la sociedad e impide su justo y sano desarrollo, y es necesaria la participación ciudadana para revertir este proceso de deterioro.
Todo advierte que el proceso electoral marcará la ruptura del “viejo régimen”, pero su agonía no debe impedir que el cambio social sea el cambio del pueblo que, con dignidad, asuma su responsabilidad en la construcción del porvenir.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
