Ante la falta de nuevos estadios de la Liga Mexicana, se ve con buenos ojos la renovación de algunos viejos inmuebles, con el objeto de dar un mejor servicio a los aficionados.
Al término de la temporada pasada, dos de los equipos que calificaron a los playoffs, los Tigres de Quintana Roo y los Olmecas de Tabasco, anunciaron que no jugarían la postemporada en sus parques, por obras de remodelación.
El equipo de bengala se fue a refugiar a Veracruz, para jugar contra los Diablos, y fue rápidamente eliminado, además de que las entradas fueron muy raquíticas.
Los Olmecas dieron marcha atrás al anuncio, pues hay que tomar en cuenta que hacía varios años que no calificaban a la postemporada, y permanecieron en su casa, donde fueron eliminados por los Leones de Yucatán; pero el retraso tuvo sus consecuencias: el nuevo Parque de Pelota Centenario 27 de Febrero no estará listo para ser inaugurado a fines de abril; ahora, se espera que sea en mayo.
La directiva sureña ya anunció como sede alterna el estadio Ángel Cuco Toledo, que se encuentra a 54 kilómetros de Villahermosa, la capital; tiene capacidad para 3 mil 500 aficionados y albergará el primer juego en casa de los Olmecas ante el Águila de Veracruz, el 26 de abril.
En el caso de los Tigres, al parecer, no tendrán problemas en inaugurar la temporada en el estadio Beto Ávila, el 22 de abril, con los Piratas de Campeche.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
