Una de las peores estupideces de estrategia política de las potencias de occidente encabezadas por Estados Unidos en la Guerra Fría -la cual no ha concluido- fue hacer todo lo posible para que los países socialistas cayeran al grito de “libertad y democracia”, argumentos que en distintos momentos de la conflagración entre países capitalistas y socialistas se volvió un sinónimo.
Pero ¿por qué fue una estupidez política que occidente tratara de tirar a los países socialistas? La clave roja se encuentra en que los países socialistas en su mayoría habían experimentado cambios estructurales en cultura, salud, defensa y economía, al grado de que varios de ellos se convirtieron en potencias al amparo de la macropotencia socialista la Unión Soviética. El planteamiento central es que, al construir la cortina de hierro, los países socialistas no eran competidores de la economía de mercado, pero el apetito geopolítico y geoeconómico de potencias como Estados Unidos avivaron la caída del sistema socialista desatando la Cabeza de la Hidra.
Con el desmembramiento de la Unión Soviética y la reestructuración de la Federación rusa, muchos de los países socialistas, incluido Rusia, transitaron a pasos vertiginosos a la economía de mercado e iniciaron competencia con las grandes potencias capitalistas y el bloque de la Comunidad Económica Europea (ECU), aunado a que muchos de estos países tenían aparatos productivos y mano de obra suficiente para dar pelea al capitalismo. El caso claro en este momento es que China y Rusia son más que Estados Unidos, Reino Unido y la ECU juntos.
Por ende, la invasión rusa a Ucrania no ha causado una reacción bélica de ayuda de las potencias capitalistas a Ucrania, solamente de armamento y logística. ¿A qué se debe esto? A que Rusia podría derrotar a cualquiera de ellos en una guerra convencional, y no se diga de la amenaza nuclear que acabaría con nuestra civilización.
En respuesta a las sanciones económicas de diversos países en contra de Rusia, el gobierno de Putin ha contestado disminuyendo el suministro de gas y petróleo a la ECU y otros países en occidente, cuestión que ha estrangulado a la economía de mercado que ha experimentado estragos en las bolsas de valores, flujo de capitales y mercancías.
Cuando intentas escupirle a un gigante, el escupitajo podrá llegarle a la cintura, pero jamás a la cara, y el gigante seguramente habrá de pisarte.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
