Pese a que los Guerreros de Oaxaca tuvieron una campaña para el olvido, siendo el peor equipo del circuito, con apenas 20 ganados por 45 perdidos, podrán presumir tener al novato del año en sus filas, el receptor Juan Carlos Camacho.
El mochiteco nació el 19 de abril de 1996, portaba el número 51 en sus dorsales y se desempeñó como receptor, primera base y bateador designado durante 58 partidos, en los que bateó en 199 oportunidades, conectando 62 imparables, 16 dobles, un triple y 10 cuadrangulares, con 43 carreras impulsadas. Su ansia con el tolete quedó de manifiesto al recibir solamente seis pasaportes y ser ponchado en 43 ocasiones.
Siendo un jugador de poder de 1.83 de estatura y 85 kilogramos de peso, no se distinguió por su velocidad, ya que no fue enviado al robo en ninguna ocasión, aunque anotó 28 carreras,
Resulta evidente que esta joya sinaloense recibió especial atención por parte de su mánager, el debutante Erik Rodríguez, quien durante las dos últimas décadas había cubierto la receptoría de la escuadra oaxaqueña. Su descubrimiento hizo que otro talentoso receptor, Orlando Piña, fuera movido a la antesala, donde tuvo un buen desempeño antes de lesionarse.
Camacho obtuvo 66 votos a favor, superando ampliamente a Alejandro Tovalín, Alexis Wilson, Roque Salinas, Héctor Mora y Christian Ibarra. Desde los 13 años ingresó a la Academia Alfredo Harp Helú e interesó al equipo de Seattle.
Lo cierto es que los Guerreros cuentan con una promesa que les permitirá reconstruir al equipo el año entrante.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.