Uno de los equipos de expansión que sorprendió gratamente fue el Águila de Veracruz, que terminó en cuarto lugar de la zona sur, con 35 victorias por 31 derrotas, y calificó a la segunda ronda como el mejor perdedor, para ser eliminado por los Diablos Rojos.
Herederos de una larga tradición, confiaron sus destinos al veterano Leonardo Rodríguez, quien ayudó a conformar una escuadra combativa.
Fue anunciada con bombo y platillo la contratación del exligamayorista cubano Yasiel Puig, quien cumplió a secas con .312, 10 cuadrangulares y 43 producidas, y es que el resto de los importados tuvo una actuación similar o superior, como el venezolano Alexi Amarista (.369, 14 y 42), el brasileño Paulo Orlando (.311, 7 y 38), el Cacao Valdés (.311, 8 y 38) y el tercera base Héctor Gómez (.296, 12 y 43), bien apuntalados por los nacionales Alejandro Ortiz (.326, 3 y 27) y Alan Espinoza (.297, 6 y 32).
Se esperaba que los veteranos David Reyes y Édgar González cargaran con el picheo, pero el primero apenas compiló tres victorias por cinco derrotas y el segundo fue cambiado a Monclova.
La sorpresa fue el sudafricano Dylan Unsworth, quien dejó sin hit ni carrera a los Diablos, pero se lesionó y emigró.
Jorge Martínez ganó tres, con el mismo número de derrotas, con 4.69 en carreras limpias, y se trajo al zurdo Ryan Verdugo y al japonés Hamaya.
Tras el fracaso de Manaure Martínez como cerrador, Iván Zavala se hizo cargo del puesto.
Así, pues, el Águila dio una grata sorpresa, aunque tendrá que mejorar su picheo y se verá en una disyuntiva: los extranjeros amenazaron con no regresar si vuelven a contratar a Puig, confirmando que el apodado caballo loco es un pelotero conflictivo.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
