La pandemia que nos está pegando fuertemente en esta tercera ola, calificada ya por las autoridades sanitarias como un tsunami -por lo devastadora e incontrolable que se presenta-, obligó a la autoridad en Pachuca y el resto del estado a una serie de restricciones que se aplican en todos los sitios donde se reúne gente para diversas actividades.
Como toda ley es en una de sus características de observancia general y sin excepciones.
Por eso llama la atención que en lo que se refiere a bares, pese a que se instruye como parte de la estrategia que deben cerrar a las 22 horas y con seis personas máximo por mesa y servicio solo por copeo, resulte que haya un bar: «LA TERCERA RONDA», que siga dando servicio hasta horas de la madrugada sin que haya, por lo visto, autoridad estatal o municipal que meta al orden a este bar.
Dicen que el negocio es de gente con palancas y por lo mismo influyentes como para brincarse una regla que no por popular deja de ser sabia «o todos coludos o todos rabones», porque el incremento en contagios puede tener alguna explicación en este hacerse de la vista gorda de la autoridad, en los negocios que tengan al parecer padrinos poderosos para ignorar los mandatos por la pandemia.
LOS NEGOCIOS «AFTER»
Del mismo modo, como la mayoría de los bares, salvo «LA TERCERA RONDA», cierran a las 10 de la noche, pero sucede que la fiesta sigue en este concepto de AFTER, que no es otra cosa que reuniones de mucha gente en departamentos o en los llamados ROOF GARDEN después del cierre de bares, donde sin que ninguna autoridad los meta al orden hacen su agosto algunos vivos, que organizan este tipo de fiestas.
Es desde luego un torito que tienen que torear y poner quieto el secretario de Salud, Alejandro Efraín Benítez, y el alcalde de Pachuca, Sergio Baños, sin que haya privilegios ni excepciones en los mandatos para preservar la salud y frenar esta pandemia que cada día crece más.
