Ya solo les quedan 62 días a los actuales diputados para dejar el Congreso y los morenos, particularmente los garzas, no cambian -ni cambiarán- su característica más dominante, que es la de ser gandallas, abusivos y obedientes hasta la ignominia a lo que se les ordena de parte de su jefe, pues durante casi tres años han mostrado ser sumisos al patrón.
Todo mundo los vio tratando de agandallarse la presidencia de la Junta de Gobierno y pelear con pico y garras la posibilidad de quedarse tres años en la misma, incluso buscando cambiar la Ley Orgánica del Congreso con ese fin.
Han estorbado con mil pretextos el paso del gobierno estatal, aventándose ocurrencias como esa de llevar a juicio político al gobernador, pero terminaron haciendo el ridículo.
Finalmente se impuso la razón y la presidencia de la Junta de Gobierno la ejerció un año cada partido que obtuvo más votos. Pero ahora, casi al final de su tiempo en el Congreso, como que revivieron sus ansias de quedarse con todo y les entró la prisa para aprobar medidas que le permitan a la próxima Legislatura tener el poder total, y para ello promueven cambios en la Ley Orgánica para quedarse tres años en la presidencia de la Junta de Gobierno, y de última hora subieron la iniciativa de JORGE MAYORGA, diputado por Tepeapulco y exdirigente estudiantil de la UAEH, para, oiga esto: QUEDARSE TAMBIÉN CON LA MESA DIRECTIVA durante todo el periodo ordinario.
El brillante y democrático diputado bueno para el trompón, como quedó demostrado en aquella sesión en que casi llegó a los golpes con Asael Hernández, propone que A LA PRESIDENCIA DE LA MESA DIRECTIVA PUEDAN ACCEDER LOS DIPUTADOS EN PROPORCIÓN A LA REPRESENTATIVIDAD DE LOS GRUPOS LEGISLATIVOS. O sea, quiere darle todo el poder a Morena. Sin embargo, no parecen reunir (con todo y la mayoría) los votos para hacer ley este intento de agandalle.
Así se las gastan estos diputados, que en sesenta y tantos días se irán dejando tras de sí un papel que les obliga a ser reconocidos como unos gandallas, y ya de salida, además, rompen todos los platos que pueden.
Olvidan que muy poco les debe Hidalgo y más bien ellos tienen una deuda histórica con el estado.
Por: Adalberto Peralta Sánchez
Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.